La imposibilidad de poder imaginarnos fuera del capitalismo y cada vez más cerca del fin del mundo nos acecha. El uso del celular pasó de la adicción a la necesidad sin avisar, y casi todos parecemos aceptarlo. Antes nuestros padres se resistían, pero ahora también son partícipes de esta realidad. Podemos justificar que lo usamos para trabajar, pero, ¿qué sucede cuando perdemos horas en la nada? Cuando veo eso casi todas las tardes en mi casa, me pregunto qué buscamos en la pantalla, qué fantasía inconclusa o promesa inalcanzable.Este dibujo muestra esa escena cotidiana “familiar”, donde el celular es nuestro segundo corazón y cerebro.
Se vive con la esperanza de llegar a ser un recuerdo
En este caso dibuje un oso de peluche y una muñeca en medio de una escena de fantasia que nos puede recordar a algún juguete u objeto de la infancia. Dibuje también un sol tomando la siesta y que esta apunto de despertar, pero mientras este dormido esta escena puede existir porque es solo un sueño. Esta ilustración se inspira en la culminación del ritual ancestral de Tapijulapa, Tabasco, en la mística cueva de las sardinas ciegas. Este lugar sagrado marca el final de una procesión donde se pide la bendición de los ancestros para la pesca, un momento de profunda conexión espiritual con las fuerzas de la naturaleza.La figura central es el guía espiritual, quien ofrece copal y flores en señal de respeto y conexión con los ancestros. A su alrededor, otros personajes participan llevando velas y canastas con instrumentos rituales, elementos esenciales que refuerzan el carácter sagrado de la ceremonia.He utilizado una combinación de técnicas de acuarela para crear un entorno etéreo y texturizado, simbolizando la conexión entre lo terrenal y lo espiritual. Los personajes están dibujados con lápices de grafito y colores cálidos, resaltando su presencia y energía dentro de un ambiente que, aunque frío, está lleno de vida y simbolismo.
En estos nuevos espacios los encuentros se producen “entre grupos distantes en términos sociales, pero próximos en términos físicos” (Cosacov y Perelman, 2011). Las fronteras simbólicas que se construyen están atravesadas por valores morales entre los diferentes grupos que, a su vez, producen identificaciones y diferenciaciones. En las interacciones sociales se reactualizan las fronteras simbólicas y se confirman los procesos de exclusión entre unos y otros.
La negativa de su padre (André Cler) hace que Norbert (Marc-Ernest Fourneau) acuda a su madre (Claude Cler), que también se niega ayudarle. Éste le ofrece un billete falso de 500 francos y le ayuda a colocarlo en algún comercio. Van a una tienda de fotografía y compran un portarretratos de bajo precio. Logran así su propósito de poner el falso billete en circulación, que cae en manos de Yvon, un obrero que acude a la tienda para cobrar una factura. En un restaurante al que va a comer lo denuncian a la policía acusándole de estafador. A el acude, Lucien (Vincent Risterucci), un empleado de la tienda que se presta a efectuar un falso testimonio contra Yvon, que, pese a ser absuelto, es despedido de su trabajo.
(Fotos y videos) Así se mostraba en su día a día Brayan Campo, confeso asesino de Sofía Delgado, en Valle del Cauca
Esta información fue georreferenciada y mostró que los AVC no se localizan en forma dispersa a lo largo y ancho de la ciudad, sino que se concentran en una zona en particular. La Ciudad de Buenos Aires se divide en 42 barrios (véase el Mapa 1) y este grupo suele aglomerarse en siete de ellos, todos situados en la zona central de la ciudad denominada frecuentemente como “microcentro” y “macrocentro”. La parte del crimen múltiple, desde que Yvon entra a la casa con el hacha en la mano, el perro le sigue, hasta el momento que arroja el hacha a las aguas del riachuelo, recuerda mucho -a mí al menos- a la escena de la batalla del final de Lancelot del lago. Diría incluso que el sonido de la caída del hacha en el agua evoca el sonido metálico del tropezar de armaduras en el último movimiento del cuerpo del contrato de compraventa de vehiculo mexico guerrero, que acaba derrumbándose.
Dibujar, colorear y pintar son actividades que disfrutamos sin preocupaciones cuando somos niños. Sin embargo, al crecer, lo que antes era un juego sin reglas se convierte en un reto lleno de expectativas, comparaciones y presión por ser perfectos. El dibujo, el lugar que alguna vez fue un refugio, se transforma en una lucha entre la pasión y la perfección. Entre encuentros y estaciones narra como nuestro pasado prehispánico se conecta con nuestro mundo actual. Retomo el metro como un elemento representativo y simbólico de donde resido (Ciudad de México), añadiendo cráneos que aluden al Tzompantli prehispánico. De esta forma, busco retomar nuestras raíces y las relaciono con nuestra cotidianidad.
Los colores cálidos reflejan el calor de las llamas consumiendo un bosque, más arriba en lo alto los colores azules y morados y blanco forman un gigante de la región, el pico de Orizaba, un espectador sin vida, y como personaje principal se puede ver a un Temazate, venado de la región, atrapado en medio del calor abrazador del incendio, tratando de buscar refugio en los más alto. Todo el escenario unido y entrelazado en matices con trazos verticales, colores cálidos y fríos se unen para poder expresar que el calor y el frío son parte del un mismo ecosistema y que es el deber de nosotros cuidar el equilibrio entre ellos. Pues su poder es tan grande como el tiempo mismo, su larga vida les permite ser testigos del pasado, presente y futuro. Una obra que refleja la cruda realidad de la explotación infantil en México, donde la pobreza y la escasez económica obligan a miles de niños a abandonar sus sueños y aspiraciones para trabajar en condiciones precarias y peligrosas. La pandemia del COVID-19 exacerbó esta problemática, sumiendo a más familias en la pobreza y la desesperación.A través de esta obra, se busca concienciar sobre la gravedad de esta situación y visibilizar la lucha diaria de los niños y familias que enfrentan esta difícil realidad. La obra invita a reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos como sociedad para proteger y garantizar los derechos de los niños, y a buscar soluciones para erradicar esta problemática.La obra combina elementos visuales y emocionales para transmitir el dolor, la tristeza y la impotencia que sienten los niños explotados, así como la lucha y la resistencia de aquellos que buscan un futuro mejor.
Vivir en hoteles-pensión es otra de las formas precarias de habitar en la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de edificios que en el paisaje urbano cotidiano pasan desapercibidos ante la mirada distraída del itinerante, pues sus deterioradas fachadas están camufladas y ocultan y disimulan la pobreza que se esconde en su interior. Como se mencionó en la introducción, en este trabajo se presentará un segundo caso, el de las mujeres migrantes que viven en hoteles-pensión en el sur de la Ciudad de Buenos Aires.
Pero claro todo puede estar en mi mente,ser presunción mía de un pensamiento que a veces, ve todo tan lejanoy no lo baja de ese pedestal para hacerlo suyo.caída de sus mismos pensamientos e inseguridades. Cuando era joven salía a buscar [trabajo] para limpiar casas y para repartir volantes, pero para esta actividad me discriminaban mucho y me decían que este trabajo no era para mí, que buscaban chicas más altas, con otra presencia y yo me ponía triste [Marta]. Por ahí entrás a algún lado, un bar por ejemplo, y te miran raro.
Truffaut, François, Las películas de mi vida, Ediciones Mensajero, Bilbao 1976. Estudios sobre cine 2, Traducción Irene Agoff, asesorada por Joaquín Jordá,Paidós Comunicación, 1986. Con más de 50 años de experiencia en la fabricación, importación y distribución de artículos para arte, manualidades, escolares y de oficina, nos comprometemos a proporcionarte nuevas herramientas y materiales que son utilizados en todo el mundo. Últimamente se ha popularizado la leyenda o cuento de un señor enfrentándose al diablo en el cerro, tanto así que se volvió un chiste debido a que muchos coinciden en que su abuelo ha contado historias similares.Esta contienda a su vez toma sentido como la eterna lucha entre el bien y el mal. Donde las consejas populares la retratan tan bien que ya es un ícono de la cultura rural. Recipiente que contiene todo cuanto existe en su estado primigenio.
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Esta obra nace de una serie llamada “Dicotomías”, las cuales he definido como novelas gráficas de una sola hoja, en ellas hay una búsqueda de sensaciones que se van narrando, a tal punto de hacer que el espectador se involucre sensorialmente con las ilustraciones. En este remolino de emociones me gusta profundizar sobre la calma y la ansiedad, pues vivimos en los tiempos de las emociones instantáneas, y estos dibujos pretenden causar una sensación de confusión, por eso es una serie de dicotomías. No puedo alcanzar a ver, por la incomprensión de mis propias palabras y acciones. Quiero alcanzar aquello que mi alma ve desesperadamente,la luz que no puede alcanzar ni la punta de los dedos,de aquella mi alma, contenida en una torre.
Esta obra simboliza la conexión entre el pasado y el presente, recordándonos que estos rituales son fundamentales para mantener vivos los lazos culturales y espirituales que han sido transmitidos a través de generaciones. Esta pieza describe el sentimiento de miedo que un ser humano puede causarle a otro. La obra busca a través de las texturas representar a nuestra sociedad descuidada y deteriorada de valores, dentro de la cual existen personas que buscan solo provocar daño al prójimo. Sin embargo, ya sea como víctima o victimario todos convergemos en el mismo plano y buscamos sobrevivir. “Que sea lo que Dios quiera” es una frase popular que tiene como significado dejar que los eventos sean decisión de Dios.
Lo hizo a partir de una adaptación del romance homónimo de Chrétien de Troyes. Y consiguió una película notable, que alguno de los pocos, poquísimos, que la han/hemos visto, la equipara con el cinematógrafo; quizá no lo pensó detenidamente, o se dejó llevar por la inercia; a saber. Nosotros creemos, sin embargo, que salta a la vista que Rohmer hizo lo imposible por realizar su película lo más lejos posible, bastante más allá de las antípodas del cinematógrafo; podría decirse incluso que es todo lo contrario; sin incurrir , naturalmente, en el cine común, según Bresson. El cinematógrafo es una escritura con imágenes en movimiento y sonidos.